El acoso laboral es una de las enfermedades que más víctimas produce cada año y una causa importante del malestar social, el sufrimiento humano y de pérdidas económicas, al producir absentismo, bajas laborales, bajo rendimiento, poca o nula implicación con la empresa, errores frecuentes, etc.
El acoso laboral ha existido en la sociedad a lo largo de su la historia. La “persecución o presión excesiva a una persona por ser o tener opiniones diferentes por parte de otra más fuerte, o las coaliciones de grupos débiles contra una persona fuerte”, son ejemplos de ello.
Hoy en día hechos como la destrucción del adversario o el dominio total del fuerte sobre el débil, siguen produciéndose y aunque son condenables por la mayoría, son acciones que tienden a ocultarse para seguir ejerciéndose.
En la sociedad actual, el acoso laboral se entiende como “cualquier manifestación de conducta abusiva, de naturaleza perversa enmascarada, cuyo objetivo es destruir al individuo atentando contra su personalidad, dignidad e integridad física y psicológica, poniendo en peligro su empleo y degradando el clima de trabajo”.
En el acoso laboral se utilizan acciones como:
- Restringir la comunicación
- Limitar el contacto social
- Difamar o denigrar a la persona ante sus compañeros
- Desprestigiar y desacreditar su capacidad profesional o laboral
- Comprometer su salud a nivel de efectos psicológicos y psicosomáticos
Estas acciones tienen consecuencias negativas en el “acosado” (victima), que se manifiestan en forma de “depresión reactiva” o de “estrés prolongado” que se producen por las sensaciones de amenaza continuada a perder el trabajo, destruir su carrera profesional, perder la propia salud, el sustento económico o la familia…
¿Cuándo se puede considerar que hay un acoso laboral?
Para que sea considerado acoso laboral, debe producirse de forma sistemática y recurrente en un período de tiempo que como mínimo se ha de prolongar durante 6 meses y ha de ir acompañado de hechos comprobados que afecten a al “cosado” (víctima) en su desempeño en el trabajo.
¿Qué aporta el Análisis Transaccional al diagnóstico del acoso laboral?
En cualquiera de las modalidades de “Acoso Laboral” están presentes aspectos que pueden ser analizados con instrumentos del análisis transaccional, como por ejemplo las conductas por las que pasa la persona acosada, los roles que intervienen en el acoso o los juegos de poder, cuyos vínculos disfuncionales y distorsionados derivan en relaciones tortuosas y de graves consecuencias, tanto para la persona y la organización.
El Análisis Transaccional facilita claves poderosas para analizar los “predictores y consecuencias” del Acoso Laboral, y ayudar a las organizaciones a diagnosticarlo y prevenirlo. Ofrece una serie de herramientas muy útiles orientadas a dar apoyo y acompañamiento en el proceso de restablecimiento del equilibrio psicológico-emocional y de fortalecimiento de las capacidades de la persona acosada, así como de los recursos de la organización para poder gestionar y afrontar este tipo de situaciones.
El acoso laboral tiene repercusiones negativas en las organizaciones en las que se produce y en sus redes sociales. Por ello es “clave concienciar y formar” a todos los componentes de la organización en la “Prevención del acoso laboral”.