Mi testimonio personal ha de servir para confirmar la potencia del Análisis Transaccional como motor de cambio en una organización enfocada en la mejora continua y la calidad total.
Todo cambió a partir de mi participación en un curso de Análisis Transaccional en la ACAT y su posterior aplicación en nuestra empresa. Los diferentes instrumentos que conforman el modelo: el reconocimiento, las caricias, las transacciones, los permisos, el análisis de los guiones de vida, las posiciones existenciales… y su aplicación sistemática, contribuyeron decisivamente a la mejora del clima laboral, el sentido de pertenencia y a dotarnos de una cultura de empresa basada en el humanismo.
Invito a cualquier persona que quiera mejorar tanto como individuo, como si pertenece a una organización, a que conozca, estudie y participe de la aplicación y uso cotidiano del Análisis Transaccional.